Al final....
Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
En lo que parece ser la ruta final de mi vida, me encuentro caminando
en una calle desconocida. Solo.
Entonces los veo. Parecen niños. Juegan algo incompresible para mi. Se lanzan
piedras entre ellos. No se ven muy diferentes. Uno viste mejor que el otro pero nada más. Parecen disfrutarlo.
Y me doy cuenta que estoy fuera de casa, muy lejos. Y que mis últimos años se reducen
a una mañana soleada en una calle desconocida viendo a estos dos niños jugar.
Cierro los ojos. Y me doy cuenta de que algo se perdió dentro de mi corazón.
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